La limpieza de una casa puede repercutir en la salud de una persona

Cuando se habla de que una persona goza de buena salud, lo más común es pensar en las actividades físicas que hace, cómo se alimenta y si descansa de manera apropiada. Esas son, según diferentes estudios, algunas de las bases para poder asegurar una buena salud. Y si bien estas cosas son ciertas, también es importante considerar algunos factores externos que pueden repercutir en la salud de una persona.

Una que muchas veces se pasa de lado es la limpieza que hay en el lugar en dónde se vive. Si bien parece algo que no tiene sentido, la realidad es que esto puede llegar a impactar de manera negativa e incluso deteriorar la salud de una persona.

Cuando hablamos de la limpieza no nos referimos a un procedimiento complejo que se rige por protocolos específicos dependiendo de donde se la realiza (cómo sucede en casos especiales, algunos de los que se puede leer más haciendo clic aquí). En el caso de una casa, hablamos de un mínimo mantenimiento que impacte en todas las superficies de la casa, pero mayormente en las áreas más transitadas.

Considerando que las personas suelen pasar largas horas afuera de su casa, no es extraño considerar que muchas de las bacterias, microbios y, en el peor de los casos virus, son ajenos a su conocimiento. Después de todo, nos referimos a organismos microscópicos que no pueden ser distinguidos por el ojo humano.     

La mejor manera de asegurarse de que ninguno de esos organismos haga estragos en el cuerpo humano es asegurarnos de hacer una limpieza profunda en toda la casa, al menos una vez por semana. Empresas especializadas en este rubro, como Smart Kleaning, recomiendan ocuparse especialmente de los pisos.

Esas son las áreas en donde hay más contacto con lo que se trae de la calle, ya que son nuestros mismos calzados los que pisan en ambas superficies. Para asegurarse de que no haya nada externo que sea peligroso, se aconseja hacer esta limpieza con un líquido que cuente con cierto grado de desinfectante. De esa manera, cualquier agente microscópico que ingresa a nuestra casa desaparecería sin inconvenientes.

Por otro lado, nunca hay que dejar de limpiar todo tipo de polvillo que ingrese y se deposite en las superficies. Si bien en este caso no suele ser un problema muy grande, aquellas personas que puedan tener alergia al polvo o a los ácaros pueden tener un ataque molesto que incluye estornudos o tos. Limpiar la capa de polvillo o de smog que ingresa de la calle es algo tan simple como pasar un trapo, una franela o una aspiradora. De esa manera, nos evitamos a nosotros o a la gente que pasa por casa un momento incómodo.

Por último, no descuidemos los hongos que pueden llegar a formarse en la cocina o en el baño. Algunos tipos de moho pueden ser peligrosas, pero no nos damos cuenta que estuvimos en contacto con ellas hasta que es demasiado tarde. Para asegurarse de que no suceda nada malo, tratemos las superficies afectadas con lavandina o fungicidas para dejarlas completamente limpias.

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